El portal de vídeos más famoso de la red no es sólo una plataforma de diversión | En YouTube es posible aprender de todo: desde trucos de pequeño bricolaje hasta clases de física | La enseñanza virtual ya compite con la tradicional
Piergiorgio M. Sandri | 06/02/2010 | Actualizada a las 03:31h | Internet y Tecnología
No es un profesor a la antigua, de los que entran en el aula a primera hora de la mañana con el maletín de cuero y se sientan a dar una charla con traje y corbata. El maestro del que vamos a hablar ahora es un poco más moderno: habla a través de la pantalla del ordenador, tiene varias identidades y sabe un poco de todo. Se llama YouTube.
Muchos usuarios consideran esta página web como un mero espacio de entretenimiento, donde se pueden ver vídeos divertidos o curiosos de aquellos personajes que tengan ganas de exhibirse, para reír o compartir. Pero YouTube en la actualidad es mucho más que eso. A través de sus contenidos es posible aprender cosas sencillas y muy útiles, como hacerse el nudo de la corbata, cocinar una tortilla de patatas, recogerse el pelo en un moño para salir de fiesta. Y no sólo: los más exigentes encontrarán ahí también los entresijos más complejos del saber: clases magistrales de universidad y cursos de idiomas o para tocar instrumentos.
YouTube ya es uno de los tres sitios con más tráfico en el mundo. Desde su nacimiento, su evolución ha sido exponencial. En el 2006 servía unos 100 millones de vídeos al día. En la actualidad ofrece 1.000 millones diarios. Se han visto más de 100.000 años de vídeo desde su nacimiento, con lo que hay que saber buscar, porque su oferta es casi ilimitada. Su popularidad no para de crecer. Se suben 13 horas nuevas de vídeo cada minuto: esto supone 18.000 horas de contenido extra que se generan cada día. "En YouTube se puede aprender de todo. Desde descubrir cuál es la mejor manera de maquillarse hasta escuchar una conferencia de un prestigioso profesor de una reputada universidad extranjera", hace notar María Ferreras, responsable en España de YouTube. Ante tanta oferta, es casi imposible hacer un listado de los cursos más populares. Por lo general, los conocimientos muy específicos o de nicho son los que reciben más visitas. Por poner un ejemplo, según explicaba Ferreras, en España arrasa El cocinero fiel: en un vídeo casero, un chico explica de forma concisa y eficaz cómo preparar platos de toda la vida. Asimismo, las lecciones del ingeniero Leopoldo Abadía sobre la crisis económica están muy cotizadas. Ferreras también señala una conferencia de un profesor de la Universidad de Navarra de 48 minutos que ha recibido 30.000 visitas. Nada mal si se compara con el número de asistentes de un auditorio convencional. "Muchos científicos usan YouTube para poner a prueba sus investigaciones a otros colegas y así enriquecer el debate. Es como si se llevara a cabo un trabajo de equipo para avanzar en la investigación", afirma. En su opinión, YouTube "es ideal para consultas concretas, consejos, trucos para autodidactas, pero también es un método complementario para los cursos de mayor calado".
¿Quiénes son los fanáticos de YouTube? Según el estudio ¿Quiénes son los youtubers? llevado a cabo por la consultora TNS, la edad media de los usuarios es de 25 a 49 años. Se trata de un público de mediana edad, con inquietudes e interés por aprender. El resultado desmonta el estereotipo según el cual internet es una herramienta exclusiva del mundo juvenil. La responsable de ventas de YouTube, Nathalie Picquot, destacaba que "mucha gente piensa que nuestro usuario es más joven, pero no es así. Los youtubers son muy interactivos, pinchan mucho en la pantalla. Van a esta página a entretenerse y les encanta sorprenderse". Quien acude a YouTube casi siempre ve más de un vídeo y hace caso de los enlaces relacionados. "Se trata de gente muy curiosa. Muchos van a visitar una web de algo que han visto en un vídeo", dice Ferreras.
Hecha esta premisa, no es de sorprender el auge que están teniendo estos vídeos de carácter educativo u orientado al aprendizaje. Tanto es así , que este año YouTube ha lanzado un nuevo apartado, llamado YouTube/edu. Allí los alumnos y estudiantes autodidactas pueden conectar con profesores de reputación mundial, independientemente de su localización geográfica o del centro universitario al que pertenezcan, fomentando el intercambio de ideas, como si estuvieran en un aula global. En la página es posible encontrar conferencias académicas que hace años eran inaccesibles para la mayoría. A su vez, los centros de enseñanza adquieren a través de esta plataforma visibilidad y repercusión a escala mundial. "Uno de los valores añadidos que vemos en YouTube es la posibilidad de extender nuestros contenidos a millones de personas a diario", explicaba a The Wall Street Journal Ben Hubbard, de la Universidad de California.
Al margen de Youtube, las universidades han olfateado el potencial de la red. De hecho, muchas de ellas han desarrollado su propio canal de vídeo en internet, donde salen sus profesores dando clases y hasta corrigiendo exámenes, con lo que el usuario puede valorar sus habilidades. ¿Qué es lo más visto de estos cursos académicos? Según los rankings, tiene mucho éxito entre los internautas un vídeo de la Universidad de Minnesota sobre los avances científicos que salen en la película Watchmen, seguido por las últimas novedades en las investigaciones sobre el sida. Como se ve, hay mucho donde elegir. En la Universidad Berkeley hay más de 300 horas disponibles en internet. La Universidad de Washington ofrece clases de mitología griega o de la revolución Americana. La de Nebraska, de economía... Según la web Academicearth.org, estos autodidactas virtuales tienen intereses muy diversificados: en el área más humanista, cursos sobre justicia, muerte y guerra civil; en ciencias sociales, los conflictos de pareja y psicología, y en ciencia, la rama de ordenadores y programación. Noes necesario saber inglés: en páginas como Ted.com se distribuyen conferencias de prestigiosos oradores con traducción y subtítulos.
Aprender a través del vídeo en internet presenta indudables ventajas. Según el estudio de hábitos de internet realizada por Red de Blogs, Ocio Networks, el85% de los encuestados aseguraba sobre internet: "Me ayuda a formarme". Las nuevas generaciones no sólo observan y aprenden, sino que participan, comparten, interactúan y la red, en este sentido, es la herramienta idónea. En YouTube el nivel de atención es muy elevado, porque se sigue el vídeo minuto a minuto. Debido a la naturaleza del formato, el vídeo puede llegar a ser más atractivo que el libro. Como recordaba el filósofo Umberto Galimberti, "mirar es más fácil que leer". No sólo: gracias a la multimedialidad de la red, se oye el sonido de un instrumento o un acento de un idioma extranjero, lo que representa un plus respecto al tradicional manual de papel.
Además, a través de la red, siempre es posible enviar comentarios y preguntas sobre determinado tema y mirar las dudas de los otros usuarios (que se quedan grabadas, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en un aula universitaria tradicional). Para ello, no es necesario desplazarse a ningún centro o esperar a una hora determinada para recibir la clase: el aprendizaje a través de internet puede darse en cualquier lugar y a cualquier hora, incluso a través del móvil (basta con descargarse un programa para bajarse los vídeos de YouTube en el celular, por ejemplo a través de la página web Softonic.com).
Ofrecer cursos de vídeo en internet puede ser también un negocio para quien sube los contenidos a la web. En efecto, al hacerse socios de YouTube, los autores de los vídeos, que mantienen sus derechos, cobran parte de los ingresos de los enlaces publicitarios y algunos hasta acaban dando charlas en conferencias. Más allá de YouTube, hay un número creciente de profesionales que han creado sus propios canales de vídeo en la red y con la ayuda de patrocinadores ya ofrecen cursos gratuitos de fotografía o de idiomas, por ejemplo. Para el usuario, aparte del ahorro en términos de costes, los beneficios son múltiples. "YouTube permite el aprendizaje en tiempo real y con contenidos que están puestos al día. Pero este modelo está incluso destinado a ser superado por otros sistemas aún más interactivos. De hecho, hay profesores en Skype que chatean con sus alumnos", recuerda Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, de la empresa Ocio Networks. La pregunta, más bien, ante la multitud de posibilidades que ofrece la tecnología, es cómo asegurarse de que los alumnos absorban la información de manera correcta. En este sentido, Suárez Sánchez-Ocaña no duda de la capacidad de aprendizaje de los usuarios. "Desde un punto de vista neuronal, podemos mantener relaciones con 30 personas cercanas y hasta 130 lejanas. Pero las próximas generaciones podrán duplicar estas cifras. La capacidad neuronal será superior. Es cuestión de entrenamiento", asegura Sánchez-Ocaña.
Por lo tanto, vamos hacia una forma de aprendizaje distinta respecto a la tradicional. "Lo físico, en cuanto soporte, no tiene valor añadido: lo que tiene valor añadido es la posibilidad de interactuar, algo que a través de las nuevas tecnologías ya es posible.
Sin tener en cuenta que al estar delante de un ordenador, paradójicamente, hay más concentración, menos ruido, dispersión distracción", indica Suárez Sánchez-Ocaña. También Farreras subraya la ventaja que supone el diálogo entre los internautas. "Se han dado casos de cursos de fotografía en YouTube en los que los usuarios pedían más información sobre un tema y al final el usuario ha acabado colgando otro vídeo", cuenta Ferreras.
Sin embargo, no todo son rosas. El aprendizaje a través de YouTube o, en general, a través de internet tiene su límite. Sebastian Triviere es máximo responsable de la firma Educa-systems, empresa que proporciona enseñanza a domicilio, desde idiomas hasta cualquier otra asignatura, según el clásico modelo de enseñanza presencial y cara a cara. En su opinión, hay que distinguir. "Por un lado está el el e-learing o la universidad virtual: consiste en un programa de curso diseñado y estructurado. Por el otro está YouTube, donde todo está al alcance de forma gratuita. Enel primer caso, estamos ante un curso virtual, pero dirigido a un alumno definido. En YouTube, en cambio, el vídeo es para todo el mundo. Yo creo que en este caso el aspecto personal de la enseñanza se pierde", afirma.
Triviere es un firme defensor de las relaciones humanas tradicionales entre maestro y alumno. "Un profesor, sobre todo cuando hablamos de enseñanza particular, lo primero que hace es poner una batería de preguntas para entender qué es lo que necesita el estudiante, cuáles son sus necesidades, su entorno, sus problemas, sus exigencias. Enel vídeo, en cambio, nadie te hace preguntas. Se genera material, pero no hay nada como tener un profesor", sostiene. "El contacto personal es esencial para transmitir emociones, la comunicación no verbal. Es como leer un programa político o tener al político que viene a tu casa a explicarte el programa: en cuanto a persuasión, el impacto en los dos casos es claramente distinto. Sólo con internet, es difícil despertar motivación, interés, constancia", opina. Otro punto de fricción es sobre la calidad de los contenidos, que a veces son discutibles. Es cierto - objetan los partidarios de la educación on line- que los mismos usuarios señalan con su puntuación si el vídeo colgado en YouTube vale la pena. A su vez, las redes sociales también actúan como filtro al seleccionar lo más relevante. ¿Pero son de fiar? La universidad californiana de Pitzer College es la primera en ofrecer un curso sobre YouTube, donde los alumnos tienen que analizar los vídeos de la web y su repercusión social, "para estudiar el potencial de la expresión en medios democráticos de comunicación". Pues bien, Alexandra Juhasz, responsable académica, reconoce que este portal tiene puntos débiles: "Me preocupa que el nivel educativo de las discusiones baje, como ocurre a menudo con los contenidos y comentarios de YouTube", afirmaba en una entrevista.
El futuro, como apunta Trivere, parece orientarse hacia el método híbrido. Es decir, integrar la enseñanza on line con el tradicional cara a cara. Como material de apoyo, YouTube puede aportar muchas posibilidades. De hecho, algunos profesores de lengua lo usan, de forma ocasional para trabajar sobre las letras de las canciones. Y para consultas concretas, dudas o argumentos específicos, el portal de vídeos también puede tener su validez. Pero es difícil - lo mismo ocurre, con Wikipedia- que sólo a través de YouTube alcancemos la excelencia. "Sigo pensando que no hay nada como hablar una hora con el profesor en lugar de ver su conferencia por la red", afirma Triviere. Dicho eso, YouTube e internet están a disposición para complementar la enseñanza. A base de un clic.
Muchos usuarios consideran esta página web como un mero espacio de entretenimiento, donde se pueden ver vídeos divertidos o curiosos de aquellos personajes que tengan ganas de exhibirse, para reír o compartir. Pero YouTube en la actualidad es mucho más que eso. A través de sus contenidos es posible aprender cosas sencillas y muy útiles, como hacerse el nudo de la corbata, cocinar una tortilla de patatas, recogerse el pelo en un moño para salir de fiesta. Y no sólo: los más exigentes encontrarán ahí también los entresijos más complejos del saber: clases magistrales de universidad y cursos de idiomas o para tocar instrumentos.
YouTube ya es uno de los tres sitios con más tráfico en el mundo. Desde su nacimiento, su evolución ha sido exponencial. En el 2006 servía unos 100 millones de vídeos al día. En la actualidad ofrece 1.000 millones diarios. Se han visto más de 100.000 años de vídeo desde su nacimiento, con lo que hay que saber buscar, porque su oferta es casi ilimitada. Su popularidad no para de crecer. Se suben 13 horas nuevas de vídeo cada minuto: esto supone 18.000 horas de contenido extra que se generan cada día. "En YouTube se puede aprender de todo. Desde descubrir cuál es la mejor manera de maquillarse hasta escuchar una conferencia de un prestigioso profesor de una reputada universidad extranjera", hace notar María Ferreras, responsable en España de YouTube. Ante tanta oferta, es casi imposible hacer un listado de los cursos más populares. Por lo general, los conocimientos muy específicos o de nicho son los que reciben más visitas. Por poner un ejemplo, según explicaba Ferreras, en España arrasa El cocinero fiel: en un vídeo casero, un chico explica de forma concisa y eficaz cómo preparar platos de toda la vida. Asimismo, las lecciones del ingeniero Leopoldo Abadía sobre la crisis económica están muy cotizadas. Ferreras también señala una conferencia de un profesor de la Universidad de Navarra de 48 minutos que ha recibido 30.000 visitas. Nada mal si se compara con el número de asistentes de un auditorio convencional. "Muchos científicos usan YouTube para poner a prueba sus investigaciones a otros colegas y así enriquecer el debate. Es como si se llevara a cabo un trabajo de equipo para avanzar en la investigación", afirma. En su opinión, YouTube "es ideal para consultas concretas, consejos, trucos para autodidactas, pero también es un método complementario para los cursos de mayor calado".
¿Quiénes son los fanáticos de YouTube? Según el estudio ¿Quiénes son los youtubers? llevado a cabo por la consultora TNS, la edad media de los usuarios es de 25 a 49 años. Se trata de un público de mediana edad, con inquietudes e interés por aprender. El resultado desmonta el estereotipo según el cual internet es una herramienta exclusiva del mundo juvenil. La responsable de ventas de YouTube, Nathalie Picquot, destacaba que "mucha gente piensa que nuestro usuario es más joven, pero no es así. Los youtubers son muy interactivos, pinchan mucho en la pantalla. Van a esta página a entretenerse y les encanta sorprenderse". Quien acude a YouTube casi siempre ve más de un vídeo y hace caso de los enlaces relacionados. "Se trata de gente muy curiosa. Muchos van a visitar una web de algo que han visto en un vídeo", dice Ferreras.
Hecha esta premisa, no es de sorprender el auge que están teniendo estos vídeos de carácter educativo u orientado al aprendizaje. Tanto es así , que este año YouTube ha lanzado un nuevo apartado, llamado YouTube/edu. Allí los alumnos y estudiantes autodidactas pueden conectar con profesores de reputación mundial, independientemente de su localización geográfica o del centro universitario al que pertenezcan, fomentando el intercambio de ideas, como si estuvieran en un aula global. En la página es posible encontrar conferencias académicas que hace años eran inaccesibles para la mayoría. A su vez, los centros de enseñanza adquieren a través de esta plataforma visibilidad y repercusión a escala mundial. "Uno de los valores añadidos que vemos en YouTube es la posibilidad de extender nuestros contenidos a millones de personas a diario", explicaba a The Wall Street Journal Ben Hubbard, de la Universidad de California.
Al margen de Youtube, las universidades han olfateado el potencial de la red. De hecho, muchas de ellas han desarrollado su propio canal de vídeo en internet, donde salen sus profesores dando clases y hasta corrigiendo exámenes, con lo que el usuario puede valorar sus habilidades. ¿Qué es lo más visto de estos cursos académicos? Según los rankings, tiene mucho éxito entre los internautas un vídeo de la Universidad de Minnesota sobre los avances científicos que salen en la película Watchmen, seguido por las últimas novedades en las investigaciones sobre el sida. Como se ve, hay mucho donde elegir. En la Universidad Berkeley hay más de 300 horas disponibles en internet. La Universidad de Washington ofrece clases de mitología griega o de la revolución Americana. La de Nebraska, de economía... Según la web Academicearth.org, estos autodidactas virtuales tienen intereses muy diversificados: en el área más humanista, cursos sobre justicia, muerte y guerra civil; en ciencias sociales, los conflictos de pareja y psicología, y en ciencia, la rama de ordenadores y programación. Noes necesario saber inglés: en páginas como Ted.com se distribuyen conferencias de prestigiosos oradores con traducción y subtítulos.
Aprender a través del vídeo en internet presenta indudables ventajas. Según el estudio de hábitos de internet realizada por Red de Blogs, Ocio Networks, el85% de los encuestados aseguraba sobre internet: "Me ayuda a formarme". Las nuevas generaciones no sólo observan y aprenden, sino que participan, comparten, interactúan y la red, en este sentido, es la herramienta idónea. En YouTube el nivel de atención es muy elevado, porque se sigue el vídeo minuto a minuto. Debido a la naturaleza del formato, el vídeo puede llegar a ser más atractivo que el libro. Como recordaba el filósofo Umberto Galimberti, "mirar es más fácil que leer". No sólo: gracias a la multimedialidad de la red, se oye el sonido de un instrumento o un acento de un idioma extranjero, lo que representa un plus respecto al tradicional manual de papel.
Además, a través de la red, siempre es posible enviar comentarios y preguntas sobre determinado tema y mirar las dudas de los otros usuarios (que se quedan grabadas, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en un aula universitaria tradicional). Para ello, no es necesario desplazarse a ningún centro o esperar a una hora determinada para recibir la clase: el aprendizaje a través de internet puede darse en cualquier lugar y a cualquier hora, incluso a través del móvil (basta con descargarse un programa para bajarse los vídeos de YouTube en el celular, por ejemplo a través de la página web Softonic.com).
Ofrecer cursos de vídeo en internet puede ser también un negocio para quien sube los contenidos a la web. En efecto, al hacerse socios de YouTube, los autores de los vídeos, que mantienen sus derechos, cobran parte de los ingresos de los enlaces publicitarios y algunos hasta acaban dando charlas en conferencias. Más allá de YouTube, hay un número creciente de profesionales que han creado sus propios canales de vídeo en la red y con la ayuda de patrocinadores ya ofrecen cursos gratuitos de fotografía o de idiomas, por ejemplo. Para el usuario, aparte del ahorro en términos de costes, los beneficios son múltiples. "YouTube permite el aprendizaje en tiempo real y con contenidos que están puestos al día. Pero este modelo está incluso destinado a ser superado por otros sistemas aún más interactivos. De hecho, hay profesores en Skype que chatean con sus alumnos", recuerda Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, de la empresa Ocio Networks. La pregunta, más bien, ante la multitud de posibilidades que ofrece la tecnología, es cómo asegurarse de que los alumnos absorban la información de manera correcta. En este sentido, Suárez Sánchez-Ocaña no duda de la capacidad de aprendizaje de los usuarios. "Desde un punto de vista neuronal, podemos mantener relaciones con 30 personas cercanas y hasta 130 lejanas. Pero las próximas generaciones podrán duplicar estas cifras. La capacidad neuronal será superior. Es cuestión de entrenamiento", asegura Sánchez-Ocaña.
Por lo tanto, vamos hacia una forma de aprendizaje distinta respecto a la tradicional. "Lo físico, en cuanto soporte, no tiene valor añadido: lo que tiene valor añadido es la posibilidad de interactuar, algo que a través de las nuevas tecnologías ya es posible.
Sin tener en cuenta que al estar delante de un ordenador, paradójicamente, hay más concentración, menos ruido, dispersión distracción", indica Suárez Sánchez-Ocaña. También Farreras subraya la ventaja que supone el diálogo entre los internautas. "Se han dado casos de cursos de fotografía en YouTube en los que los usuarios pedían más información sobre un tema y al final el usuario ha acabado colgando otro vídeo", cuenta Ferreras.
Sin embargo, no todo son rosas. El aprendizaje a través de YouTube o, en general, a través de internet tiene su límite. Sebastian Triviere es máximo responsable de la firma Educa-systems, empresa que proporciona enseñanza a domicilio, desde idiomas hasta cualquier otra asignatura, según el clásico modelo de enseñanza presencial y cara a cara. En su opinión, hay que distinguir. "Por un lado está el el e-learing o la universidad virtual: consiste en un programa de curso diseñado y estructurado. Por el otro está YouTube, donde todo está al alcance de forma gratuita. Enel primer caso, estamos ante un curso virtual, pero dirigido a un alumno definido. En YouTube, en cambio, el vídeo es para todo el mundo. Yo creo que en este caso el aspecto personal de la enseñanza se pierde", afirma.
Triviere es un firme defensor de las relaciones humanas tradicionales entre maestro y alumno. "Un profesor, sobre todo cuando hablamos de enseñanza particular, lo primero que hace es poner una batería de preguntas para entender qué es lo que necesita el estudiante, cuáles son sus necesidades, su entorno, sus problemas, sus exigencias. Enel vídeo, en cambio, nadie te hace preguntas. Se genera material, pero no hay nada como tener un profesor", sostiene. "El contacto personal es esencial para transmitir emociones, la comunicación no verbal. Es como leer un programa político o tener al político que viene a tu casa a explicarte el programa: en cuanto a persuasión, el impacto en los dos casos es claramente distinto. Sólo con internet, es difícil despertar motivación, interés, constancia", opina. Otro punto de fricción es sobre la calidad de los contenidos, que a veces son discutibles. Es cierto - objetan los partidarios de la educación on line- que los mismos usuarios señalan con su puntuación si el vídeo colgado en YouTube vale la pena. A su vez, las redes sociales también actúan como filtro al seleccionar lo más relevante. ¿Pero son de fiar? La universidad californiana de Pitzer College es la primera en ofrecer un curso sobre YouTube, donde los alumnos tienen que analizar los vídeos de la web y su repercusión social, "para estudiar el potencial de la expresión en medios democráticos de comunicación". Pues bien, Alexandra Juhasz, responsable académica, reconoce que este portal tiene puntos débiles: "Me preocupa que el nivel educativo de las discusiones baje, como ocurre a menudo con los contenidos y comentarios de YouTube", afirmaba en una entrevista.
El futuro, como apunta Trivere, parece orientarse hacia el método híbrido. Es decir, integrar la enseñanza on line con el tradicional cara a cara. Como material de apoyo, YouTube puede aportar muchas posibilidades. De hecho, algunos profesores de lengua lo usan, de forma ocasional para trabajar sobre las letras de las canciones. Y para consultas concretas, dudas o argumentos específicos, el portal de vídeos también puede tener su validez. Pero es difícil - lo mismo ocurre, con Wikipedia- que sólo a través de YouTube alcancemos la excelencia. "Sigo pensando que no hay nada como hablar una hora con el profesor en lugar de ver su conferencia por la red", afirma Triviere. Dicho eso, YouTube e internet están a disposición para complementar la enseñanza. A base de un clic.
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