COVID-19 in Spain: a predictable storm?
COVID-19 en España: una tormenta predecible?
The Lancet Public Health
Open AccessPublished: October 16, 2020
DOI: https://doi.org/10.1016/S2468-2667(20)30239-5
As of Oct 12, there have been 861 112 confirmed cases and 32 929 deaths due to COVID-19 in Spain. More than 63 000 health-care workers have been infected. Spain was one of the most affected countries during the first wave of COVID-19 (March to June), and it has now been hit hard again by a second wave of COVID-19 infections. While the reasons behind this poor outcome are still to be fully understood, Spain's COVID-19 crisis has magnified weaknesses in some parts of the health system and revealed complexities in the politics that shape the country.
Con fecha 12 de octubre se han contabilizado 861,112 casos confirmados y 32.929 muertes debidas a la COVID-19 en España. Más de 63.000 trabajadores de la salud han sido infectados. España ha sido uno de los países más afectados durante la primera ola de la COVID-19 (de marzo a junio), y ahora ha vuelto a ser golpeada por una segunda ola de infecciones. Mientras las razones para este pobre resultado aún no se comprenden del todo, la crisis española de la COVID-19 ha puesto de manifiesto las debilidades en algunas partes del sistema de salud público y ha revelado las complejidades en la gestión política del país.
The COVID-19 pandemic tested health system resilience and pandemic preparedness. Despite the creation in 2004 of a Centre for Coordination of Health Alerts and Emergency, the pandemic laid bare the country's “weak surveillance systems, low capacity for PCR tests, and scarcity of personal protective equipment and critical care equipment, a delayed reaction by central and regional authorities, slow decision-making processes, high levels of population mobility and migration, poor coordination among central and regional authorities, low reliance on scientific advice, an ageing population, vulnerable groups experiencing health and social inequalities, and a lack of preparedness in nursing homes”, according to 20 Spanish public health leaders writing in August in The Lancet.
La COVID-19 ha puesto a prueba la resiliencia del sistema de salud y la preparación ante la pandemia. Pese a la creación en 2004 de un Centro para la Coordinación de Alertas de Salud y Emergencias, la pandemia ha evidenciado -de acuerdo a un escrito publicado en The Lancet en agosto por 20 responsables de salud pública españoles- la debilidad de los sistemas de vigilancia, la baja capacidad en tests PCR, la carencia de Equipos de Protección Individual y de equipos de protección crítica, retrasos en las reacciones de los gobiernos autonómicos y central, lentitud en los procesos de toma de decisiones, altos niveles de movimientos de población y migraciones, pobre coordinación entre la administración central y las regionales, poca confianza en los consejos científicos, una población envejecida, grupos vulnerables ante las desigualdades sociales y de salud y la falta de capacitación en las residencias de ancianos,
The Spanish health system's four pillars—governance, financing, delivery, and workforce—were already fragile when they were overwhelmed by COVID-19 in March. A decade of austerity that followed the 2008 financial crisis had reduced the health workforce and public health and health system capacities. Health services are understaffed, under-resourced, and under strain. With 5·9 nurses per 1000 inhabitants, Spain has one of the lowest ratios in the EU (where the average is 9·3 per 1000), and too often relies on temporary contracts that can run for just a few days or weeks.
Los cuatro pilares del sistema de salud español -gobierno, financiación, prestaciones y mano de obra- ya eran frágiles cuando fueron sobrepasados por la COVID-19 en marzo. Una década de austeridad que siguió a la crisis financiera del 2008 redujo la fuerza de trabajo de la salud pública y las capacidades del sistema de salud. Los servicios de salud se han reducido, se les han recortado los presupuestos y se les ha tensionado. Con 5,9 enfermeras por 1000 habitantes, España tiene una de las menores ratios en la Unión Europea (donde la media es de 9,3 enfermeras por 1000 habitantes) y que. muchas veces, viven de contratos temporales que pueden durar unos pocos días o semanas.
Granular data surveillance is key for understanding and responding to an outbreak. For Sergi Trias-Llimós and colleagues, writing in The Lancet Public Health, the data currently published at the country and regional levels are insufficient to understand the dynamics of the epidemic. They call on authorities to provide comprehensive data updates on tests, cases, hospitalisations, intensive care unit admissions, recoveries, and deaths, all disaggregated by age, sex, and geography.
El análisis de datos de alta resolución (hasta el máximo nivel de atomización posible) es clave para comprender y responder a un estallido. Para Sergi Trias-Llimós y sus colegas en su artículo en The Lancet Public Health, los datos actualmente publicados tanto en España como en las autonomías, son insuficientes para comprender la dinámica de la epidemia. Piden a las autoridades que proporcionen datos exhaustivos y actualizados de tests, casos, hospitalizaciones, admisiones en unidades de cura intensivas, recuperaciones y muertes desagregadas por edad, sexo y lugar de origen.
The test-trace-isolate tryptic, which is the cornerstone of the response to the pandemic, remains weak—COVID-19 cases are increasing alarmingly, and authorities are again looking at lockdowns to contain the spread of the virus. When the national lockdown was lifted in June, some regional authorities were probably too fast at reopening and too slow at implementing an efficient track and trace system. In some regions, the local epidemiological control infrastructure was insufficient to control future outbreaks and limit community transmission. Spain's political polarisation and decentralised governance might also have hampered the rapidity and efficiency of the public health response. Whereas the first wave might have been unpredictable, the second wave in some parts of Spain was quite predictable, Rafael Bengoa (Institute for Health and Strategy, Bilbao, and former Minister of Health Basque Country) told The Lancet Public Health.
La tríada test-trazabilidad-aislamiento, que es la base para la respuesta a la pandemia, permanece débil: los casos de COVID-19 han aumentado alarmantemente y las autoridades han vuelto a considerar los confinamientos para contener la dispersión del virus. Cuando el confinamiento nacional se levantó en junio, algunas autoridades regionales fueron, probablemente, demasiado rápidas en reabrir y demasiado lentas en implementar sistemas eficientes de trazabilidad. En algunas regiones, las infraestructuras de control epidemiológico fueron insuficientes para controlar futuros estallidos y limitar la transmisión comunitaria. La polarización política y la descentralización gubernamental pueden haber dificultado la rapidez y la eficiencia de la respuesta de la salud pública. Según Rafael Bengoa (Instituto de Salud y Estrategia de Bilbao y ex-consejero de salud del Gobierno Vasco) en declaraciones a The Lancet Public Health, mientras la primera ola pudo haber sido impredecible, la segunda ola fue bastante predecible en algunas partes de España.
In an attempt to identify areas where public health and the health and social care system need to be improved, Alberto García-Basteiro and colleagues, in their Letter in The Lancet Public Health, urged the Spanish central and regional governments to set up an independent evaluation of their COVID-19 responses, and lay down the requirements and principles for such an evaluation. The evaluation should start immediately, should build consensus among society, and requires firm commitment from the central and regional governments; the evaluation committee should be independent, diverse and multidisciplinary, the evaluation should be broad in scope (health, economic, and social effects) and providing recommendations. Such an independent evaluation will be key to reassure the population and rebuild trust in the Government's approach to public health.
En un intento para detectar las áreas donde la salud pública y los sistemas de protección han de ser mejorados, Alberto García-Basteiro y sus colegas, en su Carta a The Lancet Public Health, han instado a los gobiernos central y autonómicos a poner en marcha una evaluación independiente de sus respuestas a la COVID-19 y establecer los requisitos y los principios para dicha evaluación. La evaluación debería empezar inmediatamente, debería construir consensos entre la sociedad, y exigir firmes compromisos de los gobiernos centrales y autonómicos: el comité de evaluación debería ser independiente, diverso y multidisciplinar; la evaluación debería ser de amplia mirada (salud, economía y efectos sociales) y debería facilitar recomendaciones. Tal evaluación independiente será la clave para tranquilizar a la población y reconstruir la confianza en la aproximación del Gobierno a la salud pública.
And there are reasons for hope. In the latest Global Burden of Disease analysis, published in The Lancet, health indicators (such as life expectancy and healthy life expectancy) suggest that Spain overperforms, with indicators better than would be predicted according to the country's socio-demographic index. If Spain's political leaders can draw the lessons from their sub-optimal response to COVID-19, the country is very well placed to give its population a bright and healthy future.
Y hay razones para la esperanza. En el último Análisis Global de la Carga de la Enfermedad, publicado en The Lancet, los indicadores de salud (esperanza de vida y esperanza de vida saludable) sugieren que España supera las expectativas, con indicadores mejores de lo que se podría predecir de acuerdo con los índices socio-demográficos. Si los políticos españoles pueden aprender las lecciones de su ‘sub-óptima’ respuesta a la COVID-19, el país está muy bien posicionado para proporcionar al país un brillante y saludable futuro.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada