La Vanguardia 1202/2012 Maite Gutíerrez
(...)Las matemáticas ayudan a armar la mente, a pensar de forma reflexiva y creativa y, más en el plano cotidiano, a no dejarse engatusar con cifras financieras erróneas o estadísticas algo mentirosas, recuerdan los profesores. Pero más allá de estos objetivos profundos, los alumnos necesitan relacionar lo que aprenden con situaciones reales, ver el sentido inmediato. Una de las diez recomendaciones de Creamat a los centros para mejorar los resultados es precisamente la contextualización del proceso matemático. En el instituto Terres de Ponent, de Mollerussa, llevan a cabo este método de forma sistemática. Este centro destaca por su proyecto en torno a las matemáticas, una forma de acercarse a la materia innovadora que ha captado la atención de la comunidad educativa catalana. "Se aprende haciendo, y el aprendizaje requiere una participación directa y activa del alumno, pero también de cooperación y trabajo en equipo", indica Ramon Bergadà, profesor de matemáticas y jefe de departamento en el instituto. El profesor propone una situación real a través de la cual explica un proceso matemático, y luego los alumnos aplican estos conocimientos a esa situación real de la que se partió. Es lo que hicieron los alumnos de 4. º de ESO para aprender trigonometría. Construyeron un taquímetro artesanal, fueron a la laguna de Ivars y con él calcularon la altura del nido de una cigüeña y, mediante la longitud de la sombra de una torre de observación y de la de un alumno, aplicaron el teorema de Tales y obtuvieron la altura de la torre. "Hemos notado que los alumnos entienden mejor los conceptos y se interesan más por la materia, pero esta metodología requiere tiempo, por eso valoramos de forma muy positiva el aumento horario", añade Bergadà.(...)
I com que una imatge val més que mil paraules...
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