diumenge, 2 de juny del 2019

Jueus a la Península ibèrica. Notes de Guillermo Altares

Algunes notes sobre les persecucions als jueus extretes de l'excel·lent llibre de Guillermo Altares Una lección olvidada

Sembla que el punt de partença és cap el 1100, coincidint amb els inicis de les primeres catedrals gòtiques i la intensificació de la ciutat. Punts a destacar són les matances de 1391, els fets del Niño de la Guardia de 1491 i l'expulsió de 1492.

Guillermo Altares. 
Una lección olvidada. Viajes por la historia de Europa
Tusquet Editores
5ºedició Gener 2019

El comienzo de las persecuciones coincide con uno de los grandes momentos de la civilización europea, con la consolidación de las universidades que acabarían por formar a una élite burguesa, la eclosión del gótico –la catedral de Santiago de Compostela comienza a construirse en 1098, la de Notre Dame de París en 1163, la de Canterbury en 1174 y la de Burgos en 1221-, los cantares de Mío Cid y de Roldán, que significan la traducción literaria de las lenguas nacionales, el nacimiento de las órdenes mendicantes de los dominicos y los franciscanos,…También, lo hemos visto, en aquellos años resucitan las ciudades gracias al comercio (…) nacen los productos típicos, identificados con una ciudad y apreciados en toda Europa, como la mortadela de Boloña (…)

Página 136

 En el siglo VII, en lo que hoy es el territorio de España, el monarca Sisebuto expulsó a miles de judíos y obligó a convertirse en masa a aquellos que se quedaron. Pocos años después, el rey godo Recesvinto intensificó las persecuciones con leyes que no estaban muy lejos de las de limpieza de sangre que impuso la Inquisición muchos siglos después. Pese a que en la España musulmana la cultura hebrea floreció y muchos judíos ocuparon puestos de poder, Julio Caro Baroja escribe que ‘las matanzas de judíos se dieron lo mismo en la España musulmana que en la cristiana’. Por ejemplo, cerca de cuatro mil hebreos fueron asesinados en Granada el 30 de diciembre de 1066. Durante la dinastía de los almorávides, a partir del año 1086, muchos judíos se vieron obligados a huir a los reinos cristianos de frontera ante la creciente intolerancia o, al igual que ocurrió con la familia de Maimónides, se refugiaron en otras tierras musulmanas como Egipto. Sefarad fue sin duda uno de los grandes momentos del judaísmo europeo, pero no supuso en absoluto la ausencia de persecuciones. Pérez cita una frase del historiador Domínguez Ortíz que resume muy bien la situación: ‘La convivencia medieval entre las distintas razas y religiones fue más bien una difícil coexistencia. Pintar como un feliz hogar común la Granada nazarí es un completo error; allí los judíos eran pocos y descalificados, y los únicos cristianos eran los que estaban en las mazmorras’. (…)

Como sostiene la estudiosa Sara Lipton, experta en historia judía de la universidad estadounidense de Stony Brook, a partir de 1100 se transformaron tanto la iconografía como el discurso de las autoridades cristianas, desde los papas hasta los púlpitos más modestos, y los judíos comenzaron a ser señalados como los autores directos de la muerte de Cristo y tomados por chivos expiatorios de cualquier desgracia.


Judensau Wittenberg

Lyndal Roper explica en su biografía de Lutero que el fundador del protestantismo era un antisemita delirante –creía que el aliento de los judíos podía matar, y pidió a las autoridades que quemasen sinagogas y escuelas- y que ese odio anclaba sus raíces en la Edad Media alemana; los judíos estaban obligados en muchas ciudades a lucir círculos amarillos en sus ropas y sombreros de pico.
Páginas 154-155

Los pogromos de 1391 se produjeron en un momento de conflicto, por la guerra civil castellana entre Pedro I y Enrique de Trastámara, y de debilidad de la Corona, así como de crisis económica. (…) La violencia comenzó el 4 de junio de 1391 contra la aljama de Sevilla, la más rica de Castilla. (…) La aljama de Madrid fue borrada del mapa. En Burgos las conversiones fueron tan masivas que se creó un barrio de conversos. (…)  En Valencia, ‘bandas de matones castellanos aparecieron en la ciudad’ (…)’De Valencia llegó un barco con cincuentas castellanos, que ya habían participado en los saqueos y asesinatos de Sevilla y Valencia, dispuestos a proseguir sus hazañas también en Barcelona’.
Páginas 159-160


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